POR : LAS ALUMNAS DE 3”c”DE LA I.E “jose carlos mariategui”
El Valor del
Respeto
Conocer el valor
propio
y honrar el valor de los demás
es la verdadera manera de ganar respeto.
Respeto es el reconocimiento del valor inherente
y los derechos innatos de los individuos y
de la sociedad. Estos deben ser reconocidos como
el foco central para lograr que las personas se comprometan con un propósito más elevado en la vida.
El respeto comienza en la propia persona. El estado
original del respeto está basado en el reconocimiento del propio ser como una
entidad única, una fuerza vital interior, un ser espiritual, un alma. La
conciencia elevada de saber “quién soy” surge desde un espacio auténtico de
valor puro. Con esta perspectiva, hay fe en el propio ser así como entereza e
integridad en el interior. Con la comprensión del propio ser se experimenta el
verdadero autorrespeto. es la verdadera manera de ganar respeto.
Respeto es el reconocimiento del valor inherente
y los derechos innatos de los individuos y
de la sociedad. Estos deben ser reconocidos como
el foco central para lograr que las personas se comprometan con un propósito más elevado en la vida.
El desafío
es desarrollar el valor del respeto en el propio ser y darle una expresión
práctica en la vida diaria. Aparecerán obstáculos para probar la solidez del
respeto y, con frecuencia, se sentirán en los momentos de más vulnerabilidad.
Es necesaria la confianza en uno mismo para tratar con las circunstancias con
seguridad, de manera optimista, esperanzadora. En las situaciones en las que
parece que todos los apoyos se han desvanecido, lo que permanece fiel es el
nivel en que se ha podido confiar internamente en el propio ser.
El poder de discernir crea un ambiente de respeto, en el
que se presta atención a la calidad de las intenciones, actitudes, conductas,
pensamientos, palabras y acciones. En la medida que exista el poder de la
humildad en el respeto hacia el propio ser —y el discernimiento y la sabiduría
que permiten ser justo e imparcial con los demás— habrá éxito en la forma de
valorar la individualidad, apreciar la diversidad y tomar en consideración la
tarea en su totalidad. El equilibrio entre la humildad y el autorrespeto da
como resultado el servicio altruista, una actuación honrosa desprovista de actitudes
débiles tales como la arrogancia y la estrechez mental. La arrogancia daña o
destruye la autenticidad de los demás y viola sus derechos fundamentales. Un
temperamento así perjudica también al transgresor. Por ejemplo, la tendencia a
impresionar, dominar, o limitar la libertad de los demás se manifiesta con el
propósito de imponerse en detrimento del valor interno, de la dignidad y la paz
mental. El respeto original se subordina a uno artificial. Respeto es el
reconocimiento del valor inherente y de los derechos innatos de los individuos
y de la sociedad. Estos deben ser reconocidos como el foco central para lograr
que las personas se comprometan con un propósito más elevado en la vida. El
respeto y el reconocimiento internacionales por los derechos intelectuales y
las ideas originales deben observarse sin discriminación. La grandeza de la
vida está presente en cada uno, por lo que todo ser humano tiene el derecho a
la alegría de vivir con respeto y dignidad.
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